ACABADO EL PRIMER CURSO DE FOTOGRAFÍA PUBLICITARIA CON NATURAL TELECOM

Ha sido breve, pero intenso. Y es que explicar a siete personas tus 22 años de oficio en sólo 24 horas de clase tiene su cosa.
En este curso me he encontrado con viejos conocidos que a partir de ahora serán amigos, con chavales que en la actualidad son la maquinaria de antiguos clientes, o con personas de dilatada experiencia en el mundo de la publicidad que ahora no tienen más remedio que reinventarse.
Una experiencia buena, sí señor. Porque enseñar a la gente lo poquito que has aprendido en tu carrera profesional y que encima le saquen provecho está muy bien. Creo que seguiré con este tema ya que, por desgracia, yo también he de reinventarme.  (Por cierto, que con la que está cayendo y la palabra "reinventar" no está en la RAE).
Cada uno tiene que hacer lo que buenamente pueda o sepa hacer. Yo ahora con los cursos y con la magia... Que la magia de repente pasa de hobby a trabajo, y eso me alegra porque uno ve que aun vale para algo que a demás le gusta. No por ello digo que ya no tenga nada que hacer con la fotografía, ojo, pero es que de repente ves que tus clientes trabajan con otros que cobran quince veces menos que tú. Y cuando digo "quince veces menos" no lo digo como el que dice "mucho", "mogollón" o "un huevo", lo digo porque es exactamente eso. Cuando yo hago una foto de quince euros, viene otro y la hace por uno. ¿Estoy yo flipao o los nuevos están locos? Porque a lo mejor es que yo, que llevo cobrando quince euros desde el año dos mil y no he subido el precio desde entonces, tendría que bajar a uno... No, creo que no, lo que pasa es que ellos no tiene que pagar una hipoteca de un estudio de trescientos metros cuadrados, ni un autónomo, ni un leasing de una cámara de cuarenta mil euros, ni se han gastado cuatro mil euros en un ordenador o diez mil en iluminación profesional. Ellos tienen una cámara y unas luces del "media markt"y hacen las fotos en su cuarto.
Cada vez creo más a mi amigo Pascual cuando dice: "¡Alcásar: Que la crisis se ha acabado y esto es lo que nos ha quedao!". Porque no creo que un día alguien vaya a decir: "Señoras y Señores, se ha acabado la crisis. Pueden volver a pagar al fotógrafo quince euros como lo hacían desde el año dos mil hasta el dos mil doce".
Es la una menos tres minutos y se me cierran los ojos. Quizá mañana siga con esto que escribo o quizá no. Lo que está claro es que mañana seguiré preocupado por encontrar clientes que valoren la calidad o la experiencia, por ejemplo.